PERSONAJES DE MI ENTORNO
Por su aspecto no podrían
tener más allá de veintipocos años. Estaban delante de mí en el mostrador de la
tienda de motos. Yo iba a abonar la reparación de mi veterana Honda que habían
hecho en el taller. El atuendo de ambos era de lo más tropical: camiseta de
tirantes con diseño de dibujos electrizantes y bermudas de colores chillones
portaba él; leggins ceñidos de color
oscuro y camisetita brillante ajustada llevaba ella, con un enorme moño en la
cabeza al estilo Emy Winehouse que aumentaba en extremo su corporeidad.
Me llamó la atención una
cadena de oro que con profundo orgullo mostraba el chico. Podíamos decir que
con su brillo iluminaba todo el recinto. El grosor de la misma era tal que
podría servir para el fondeo de una embarcación de 10 toneladas de
desplazamiento, creo. Yo esperaba que al volverse podría ver la efigie de
Camarón en bajorrelieve, como ya había visto en diversas ocasiones, pero hete
aquí mi sorpresa cuando al girarse el chico media vuelta, un enorme corazón dorado
lucía en el pecho del susodicho y en el centro del mismo, ¡oh, amor! figuraba una
fotografía de ambos rodeados de una cenefa vegetal labrada en el dorado,
presumiblemente de laurel olímpico.
Debido a
la cercanía no pude evitar oír parte de la conversación con el dependiente que
trataba sobre la compra de una moto. Una vez elegido modelo y color, el
responsable de la tienda preguntó a nombre de quién estaría el vehículo.
Decidieron que la propietaria iba a ser ella. Seguidamente les preguntó, lógicamente,
como iban abonar la compra. Sin ningún género de dudas él chico contesto que en
dinero contante y sonante y acto seguido saco del bolsillo un fajo de billetes
los cuales comenzaron a volar velozmente de sus manos al dependiente, que iba clasificando y contando
adecuadamente; billetes de 50 y 100
euros corrían sin miramiento por
el mostrador ante mi vista estupefacta, poco acostumbrada a tales cantidades de
dinero.
Una vez
resuelta la compra, ella pide que le entreguen la moto cuanto antes ya que al
día siguiente era el cumpleaños de su hijo (¿cuál sería su edad si ella
aparentemente era extremadamente joven?) y lo quería celebrar dándole un paseo en la moto.
¡Qué
precocidad! ¡Qué dominio! ¡Qué control de las situaciones! ¡Luego dicen que los
jóvenes no saben buscarse la vida! Tomad ejemplo de estas dos personas que, con
total seguridad, consiguen sus objetivos con sumo esfuerzo, honradez,
dedicación, sacrificio y entrega. ¿O quizá me estoy equivocando y la película
es otra?
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