jueves, 11 de abril de 2013

Necesario excepticismo para analizar debidamente las noticias sobre descubrimientos neurocientíficos

Las revistas y periódicos siempre están alertas para publicar cualquier noticia que cause sensación. Ese es su negocio. El mundo científico no está exento de este sensacionalismo y muchas veces se publican noticias que no han sido contrastadas debidamente, son preliminares, han sido malinterpretadas o decididamente son falsas. En este artículo de Experientia Docet se analiza este fenómeno y se proponen acciones para incrementar la transparencia informativa de estos casos.
Para leer el artículo pinchad AQUÍ

La Psicopatología de conducta de los que detectan poder

En este artículo de Luis Huete se explican algunas de las claves de la psicopatología del poder y los procesos mentales que se asocian a ella.
Rescatado de www.confidencial.com

Las enfermedades del poder: los trastornos de conducta que potencia estar en lo más alto
Luis Huetehttp://www.elconfidencial.com/images/ir_twitter.gif10/04/2013  (06:00)
http://www.elconfidencial.com/images/serv_izq_imprimir.png
Las batallas a ganar para conseguir un aumento de capital político sin corromperse son cuatro: el uso de palancas de poder con contenido ético, la calidad de los fines que se persiguen, el conocimiento de los síntomas de la enfermedad del poder para reaccionar a tiempo, y el uso de mejores prácticas de buen gobierno que disminuyan la probabilidad de que los directivos acaben corrompidos por el poder.
De las dos primeras batallas nos hemos ocupado en los artículos anteriores. El objeto de este artículo es la tercera batalla: el conocimiento de los síntomas de la enfermedad del poder para reaccionar a tiempo. De la cuarta batalla nos ocuparemos la semana que viene.
Un porcentaje relevante de la población adulta (¿un 30%?) padece trastornos de conducta. La cifra también es aplicable a los directivos. De hecho, es probable que la superen. No en vano los directivos trabajan en entornos que, por su naturaleza (presión, competitividad, riesgo, abundancia de recompensas, etc.), pueden llegar a ser más desequilibrantes que aquellos en los que se mueve un ciudadano medio.

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