Este libro representa
el resumen de un trabajo de carácter antropológico, con una metodología que
podíamos nombrar como una especie de arqueología cultural. En definitiva, se
trata de rescatar del olvido y de la extinción algunos seres que habitaban y se
reproducían en un ecosistema muy
especial, como es la imaginación humana.
Las personas de mi
generación, en nuestra infancia vivíamos mucho más en contacto con la
naturaleza de lo que suelen hacer los niños de la época actual. En los
alrededores de mi ciudad natal, La Línea (Cádiz), sin tener que separarnos
mucho del núcleo urbano, teníamos los seres naturales (ranas, culebras, pájaros,
zorros, etc.) ante nuestra vista casi de
forma inmediata. En el mismo casco urbano, encontrábamos grillos (¡aquellas fabulosas
luchas de grillos), lagartijas,
charranes y gaviotas en el espigón del puerto pesquero y la playa, los
murciélagos, salamanquesas y las
lechuzas en los cines de verano, etc.
Pero aparte de esta
fauna real, también convivíamos con otros animales imposibles de cuya
existencia nunca llegamos a dudar a pesar de que jamás vimos ningún ejemplar.
Estos seres se transmitían por comunicación oral de padres a hijos. Era el patrimonio mítico
cultural heredado de generación en generación. Así, convivíamos también con el
Alicante, la Víbora Volante, la
Serpiente Peluda, el Sapo Escupidor, La Serpiente que mama, etc. De estos seres
y de los mecanismos cognitivos que alimentan la creación y el mantenimiento de estos seres míticos trata el
libro.