martes, 12 de junio de 2012

¿Qué podemos aprender de la depresión de los monos y la ansiedad de los perros?


Muchas personas piensan y siguen actuando como si Charles Darwin no hubiese existido nunca. El refugio urbanita donde el humano se esconde hace que parezca que la naturaleza sea algo distante, lejano, que no nos incumbe en modo alguno. Alguna excursión a un parque natural,  ver un documental de la 2 o llevar al niño a una granja escuela parece ser suficiente en una gran mayoría de personas para mantener ese contacto primitivo que, a veces, nos pide el cuerpo, como una llamada imperiosa a nuestros orígenes.
El desarrollo de ciencias actuales como la biogenética, los avances de la tecnología que nos permiten seguir el camino de indicadores moleculares a través de los individuos y las especies, como por ejemplo el ADN mitocondrial, no hace otra cosa que confirmar, cada vez con mayor fuerza, que somos parientes muy próximos de los animales, especialmente de los primates y que compartimos un porcentaje genético  altísimo con  los chimpancés, nuestros primos, por llamarlos de alguna manera.
Por todo ello me asombra sobremanera que algunas investigaciones, como la noticia que adjunto, levante auténticas polvaredas como si  fuesen novedades o primicias de inusitado valor. A ver si nos enteramos de una vez por todas: el mundo cognitivo y emocional de los humanos no surge de la nada (por mucho que lo pretendan las distintas religiones que quieren hacer del humano un demiurgo formado a imagen y semejanza de los dioses). La mayor parte de las funciones cognitivas y emotivas de los humanos tienen una función precursora en los animales próximos a nosotros, evolutivamente hablando.  La Etología y la Veterinaria cada vez aportan más a la Psicología y a la Medicina.
Y aunque la burbuja urbana nos aísle del mundo natural, seguimos por ahora respirando aire, y el oxígeno lo producen las plantas y las plantas necesitan suelo y agua, aunque muchos por codicia y otros por desidia pretendan edificar todo el suelo disponible destruyendo los sistemas naturales que nos mantienen vivos.

Para leer la noticia a la que hago referencia, pinchad aquí

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