jueves, 26 de enero de 2012

Apuntes sobre la adolescencia (V)

Baja tolerancia a la frustración
    Las frustraciones, especialmente las pequeñas contrariedades que son cotidianas y recurrentes, forman parte de la vida de todas las personas. Si no estamos preparados para soportar la emocionalidad negativa que nos generan estas adversidades diarias, estas nos harán daño continuamente y contaremos con pocos recursos con los que hacerles frente.
    Las contrariedades diarias, biológicas, psicológicas y sociales, constituyen una parte importante de nuestro quehacer vital y la forma de manejarlas y enfrentarnos a ellas contribuirán a que tengamos un nivel emotivo adaptado, dentro de unos umbrales de felicidad aceptables. La mejor manera de desarrollar estas estrategias de enfrentamiento consiste en ir aumentando progresivamente la tolerancia a la frustración. Para ello, es preciso que, de forma paulatina, nuestros niños y adolescentes se vayan  enfrentando a situaciones frustrantes cada vez de mayor calado.

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